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Carla Pinochet Cobos expone en Congreso Futuro 2025: el trabajo creativo, ocio y desigualdad de género

La investigadora y académica del Departamento de Antropología de la Universidad Alberto Hurtado, Carla Pinochet Cobos, desafió una idea ampliamente aceptada: el trabajo creativo, en lugar de garantizar libertad, puede profundizar desigualdades de género y tensiones laborales. Bajo el título “La revolución de no hacer nada: ocio, trabajo y creatividad en tiempos hiperproductivos”, la académica […]

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La investigadora y académica del Departamento de Antropología de la Universidad Alberto Hurtado, Carla Pinochet Cobos, desafió una idea ampliamente aceptada: el trabajo creativo, en lugar de garantizar libertad, puede profundizar desigualdades de género y tensiones laborales.

Bajo el título “La revolución de no hacer nada: ocio, trabajo y creatividad en tiempos hiperproductivos”, la académica de la Facultad de Ciencias Sociales presentó el pasado viernes 17 de enero en el Congreso Futuro 2025 un análisis que aborda los trabajos creativos que, si bien ofrecen una flexibilidad, también exigen una dedicación y distribución de tiempo que borra los límites entre vida laboral y personal.

Más allá de las frases motivacionales

“Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”, dice el conocido proverbio atribuido a Confucio. Pero, según Pinochet, esta idea encierra un engaño: “Estas frases vocacionales, especialmente en tiempos de postulación universitaria, encubren un modelo laboral que normaliza prácticas cuestionables”, argumentó durante su exposición.

Apoyada por un proyecto Fondecyt, la antropóloga investigó los desafíos que enfrentan los trabajadores de sectores creativos —artistas, músicos, diseñadores, académicos e intelectuales— para equilibrar trabajo y ocio. Su estudio analiza cómo los modelos laborales del siglo XX y XXI han transformado la noción de creatividad, convirtiéndola en un motor de productividad y una exigencia en la era postfordista.

¿Creatividad como referente laboral?

Pinochet explicó que “hacia fines del siglo XX, vemos que en lo que se llamaba el capitalismo postfordista la racionalización de la producción transforma significativamente la estructura salarial del trabajo. Vemos en ese contexto que el trabajo creativo empieza a ser considerado un referente inspirador para la gestión y el diseño de los trabajos de vanguardia del siglo XXI”. Utilizando como ejemplo el caso de Google, que ofrecía una serie de recursos y virtudes que eran muy particulares y llamaron a las culturas organizacionales a pensar que se podía reemplazar las lógicas verticales y autoritarias por un modelo en que los trabajadores tuvieran una motivación.

Sin embargo, esta aparente “libertad creativa” encubre exigencias que impactan la salud mental y física de los trabajadores. Según la académica, el “emprendedurismo forzoso” y las prácticas laborales basadas en la pasión generan condiciones de precariedad y normalizan la sobrecarga laboral.

Principales hallazgos del estudio

Entre los resultados de su investigación, destacan tres dimensiones críticas:

La temporalidad: La multiactividad y el pluriempleo caracterizan el trabajo creativo, llevando a jornadas extendidas y a una fragmentación del tiempo personal.

La retribución económica: La normalización del trabajo impago es recurrente. Los artistas, por ejemplo, suelen subvencionar sus propias creaciones mediante empleos alternativos menos gratificantes.

La autogestión: Los trabajadores creativos dedican un esfuerzo invisible a gestionar financiamiento, compatibilizar tareas y asegurar las condiciones necesarias para su labor, lo que genera una sobrecarga adicional.

Ocio, género y desigualdad

“El ocio es fundamental para generar prácticas creativas e innovadoras, pero, como todas las cosas buenas y deseables en nuestra sociedad, se encuentran desigualmente distribuidas”, señaló la antropóloga. De acá se traza un nuevo hallazgo de su investigación, relacionado con el ocio, el trabajo y la desigualdad de género.

A través de bitácoras diarias, Pinochet Cobos identificó que las mujeres dedican en promedio un tercio de su jornada a labores domésticas y de cuidado, fragmentando su tiempo de trabajo y ocio. En contraste, los hombres participantes no computan estas actividades como parte de su carga laboral.

Aunque estas tareas pueden generar satisfacción emocional, también implican un desgaste físico significativo, que muchas mujeres describen con términos como “agotada” o “exhausta”. Según la académica, esta diferencia en la percepción y gestión del tiempo profundiza las desigualdades de género en el acceso al ocio y la creatividad.

La revolución de desacelerar

La académica del Departamento de Antropología argumenta que la obsesión con la eficiencia es una trampa autoimpuesta. Frente a la automatización creciente, propuso recuperar el ocio como un espacio de creatividad genuina, en lugar de verlo como un medio para aumentar la productividad. Actividades como hacer ejercicio para mejorar el rendimiento laboral o jugar con los hijos por obligación no son ocio real, sino extensiones del trabajo.

Para concluir, enfatizó la importancia del trabajo colaborativo y agradeció a su equipo, destacando que la producción de conocimiento es un esfuerzo colectivo.

Puedes ver la presentación completa de Carla Pinochet Cobos en Congreso Futuro 2025 aquí.

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