La salud mental se ha vuelto un eje ineludible de debate en las últimas décadas, sobre todo en contextos atravesados por crisis sociales, sanitarias y políticas. En Chile, la discusión se ha intensificado a partir de la pandemia de COVID-19, que visibilizó la fragilidad de los sistemas de cuidado y la profundidad de las desigualdades estructurales. Sin embargo, más allá de la contingencia, persisten preguntas de fondo: ¿cómo pensamos el sufrimiento psíquico? ¿Qué lugar tienen las ciencias sociales y las humanidades en su comprensión? ¿De qué manera es posible superar las respuestas reduccionistas centradas en la medicalización?
Es en este cruce de interrogantes donde se inscribe La salud mental en tiempos de crisis, libro editado por M. Alejandro Castro, académico del Departamento de Trabajo Social de la Universidad Alberto Hurtado, que invita a repensar el tema desde una mirada crítica, interdisciplinaria y profundamente social.
“La salud mental está en disputa permanente entre disciplinas, modelos y discursos”
Por años, la salud mental ha ocupado un lugar marginal en los sistemas de salud, marcada por el estigma, la medicalización excesiva y una mirada reduccionista que la concibe como un asunto estrictamente clínico. Frente a ese diagnóstico, M. Alejandro Castro, reunió a un grupo diverso de investigadoras e investigadores para dar vida al libro La salud mental en tiempos de crisis de Ediciones Universidad Alberto Hurtado.
“Lo que nos motivó fue la urgencia de abrir un debate que no se limite al lenguaje biomédico, sino que reconozca la salud mental como un fenómeno profundamente social, político y cultural”, señala.
Para Castro, la necesidad más apremiante era crear un espacio crítico e interdisciplinario que tensionara los supuestos dominantes y ampliara la mirada sobre el cuidado del bienestar psíquico.
Aportes de un libro colectivo
El volumen ofrece distintas entradas para comprender los desafíos actuales de la salud mental en Chile y la región. Entre ellas, destaca la crítica al neoliberalismo y a la medicalización, que ha transformado la experiencia del sufrimiento en terreno de la industria farmacéutica.
“Queríamos evitar que la salud mental siguiera tratándose como un asunto meramente clínico-individual”, explica. “La obra propone alternativas comunitarias y transdisciplinarias, donde las ciencias sociales y las humanidades juegan un papel clave en re-ecologizar el bienestar y devolver densidad al debate”.
El libro también incorpora miradas sociales, culturales e interculturales: desde la experiencia mapuche hasta la niñez en crisis sanitarias, lo que amplía el horizonte más allá de la clínica tradicional.
La pandemia como espejo de fragilidades
La emergencia del COVID-19 atravesó inevitablemente las reflexiones del libro.
“La pandemia fue un punto de inflexión: nos enfrentó a la fragilidad de nuestras rutinas y nos recordó lo profundamente sociales que somos. El encierro, la pérdida de ritos y el miedo colectivo dejaron huellas que no pueden ser reducidas a síntomas clínicos”.
Más allá de lo sanitario, la crisis puso en evidencia desigualdades estructurales y la necesidad de situar la salud mental en clave comunitaria.
Crisis múltiples más allá del virus
El volumen también aborda otras dimensiones que afectan el bienestar psíquico en la actualidad: la precarización laboral, el mandato neoliberal de productividad, la desigualdad en salud y educación, así como tensiones identitarias y culturales, especialmente en pueblos originarios.
“La salud mental está atravesada por crisis múltiples que van mucho más allá de lo clínico. Muchos las reducen a explicaciones neuroquímicas, pero son fenómenos más complejos”, afirma Castro.
El rol de la academia
Para el editor, el aporte académico es esencial para resistir simplificaciones y abrir nuevas preguntas:
“La academia tiene la capacidad —y la responsabilidad— de cuestionar los supuestos que damos por sentados. Si dejamos la salud mental solo en manos de la industria biomédica y neuropsiquiátrica, corremos el riesgo de perpetuar desigualdades y simplificaciones. Nuestro rol es poner en el centro la dimensión social y ética del sufrimiento humano”.
En tiempos de crisis, subraya, la reflexión interdisciplinaria no es un lujo, sino una necesidad vital.
Trayectoria académica
Además de su rol como editor del libro, Alejandro Castro es Doctor en Sociología, Magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos y Trabajador Social. Su experiencia combina la investigación académica con el trabajo aplicado en políticas públicas de salud mental y psiquiatría.
Sus líneas de investigación se concentran en la sociología de las emociones y la sociología de la salud mental, campos donde ha impulsado enfoques críticos y multidisciplinarios. Asimismo, es experto en metodología narrativa y análisis de discurso, herramientas que le han permitido abrir nuevas formas de comprender cómo se construyen social y culturalmente las experiencias de sufrimiento. Actualmente es investigador responsable del proyecto FONDECYT de Iniciación “La producción de los discursos de la depresión y los agenciamientos sociotécnicos de los psicofármacos en Chile“.
Desde la Universidad Alberto Hurtado, Castro ha consolidado una trayectoria que articula docencia, investigación y compromiso público, aportando a debates urgentes sobre salud, bienestar y justicia social.
La salud mental en tiempos de crisis está disponible en Ediciones UAH.