A las nueve de la noche del martes 6 de noviembre, cinco estudiantes de la Escuela de Periodismo ingresaron a la Embajada de Estados Unidos para participar, junto a más de doscientos invitados, de una recepción a la espera de los resultados de la elección presidencial entre Mitt Romney y Barack Obama. Las alumnas Catalina Flores y Karina Valenzuela resumieron los acontecimientos de la jornada en el siguiente texto.
Chapitas del Partido Republicano. Foto de Catalina Flores.
Cambiando la lógica de sus ceremonias electorales anteriores, donde primaban figuras políticas chilenas y extranjeras, la Embajada estadounidense invitó a distintos actores sociales y jóvenes, en su mayoría estudiantes, a una fiesta llena de globos, estrellas y adornos tricolores —algo así como un dieciocho de septiembre anglosajón— para esperar el resultado de quién sería el nuevo presidente del país.
El lugar contaba con varias pantallas que mostraban minuto a minuto los resultados; ahí se teñían los estados de color azul o rojo, dependiendo de si los ganaban Obama o Romney, respectivamente. En la entrada, una urna de votación recibía a los invitados, quienes marcaban su preferencia con una equis y no con una línea, como lo hacemos en Chile.
Después de votar había que sacar una chapita demócrata o republicana, según la preferencia del votante. Ya casi al término de este proceso la fuente con chapitas demócratas estaba casi vacía y la republicana llena. En el salón eran contadas con los dedos de las manos las personas que lucían orgullosas el ícono del partido de Mitt Romney.
La embajada parecía un pedazo de Estados Unidos donde se ofrecían pizzas, sandwiches, muffins, cervezas y el café de Starbucks; mientras, algunos marines miraban desde el costado y algunas mujeres usaban sombreros tricolores.
Los discursos y presentaciones formales de la ceremonia casi no tuvieron cabida en el ambiente, conmocionado por el proceso electoral. Solo James “Buddy” Williams, Ministro Consejero de la Embajada, habló al principio para agradecer la asistencia, comentar sobre las charlas que tendrían lugar en la noche —una sobre cómo es el proceso electoral de Estados unidos, por ejemplo—, y dar los resultados de la votación ficticia en Chile que, por cierto, favoreció a Obama con 200 votos, mientras Romney solo obtuvo 36.
Si bien dicen que los latinos somos cálidos anfitriones, los estadounidenses no se quedaron atrás. La velada fue entretenida y todos fueron tratados con mucha amabilidad mientras escuchábamos canciones de Cindy Lauper de fondo.