¿Una civilización enfocada en preceptos clericales puede ser un motor de progreso o es necesario atenuar el mensaje religiosos para facilitar la incorporación a lo que pueda ofrecer la modernidad? La pregunta fue formulada por el ex ministro de Relaciones Exteriores israelí, Shlomo Ben-Ami, durante su participación en el encuentro “Del dialogo a la alianza de civilizaciones. Visiones desde el sur latinoamericano”, realizado en la UAH.
En la actividad, organizada por Centro de Investigaciones Socio Culturales (CISOC) y el Departamento de Ciencia Política y R.R.I.I, de la casa de estudios, el político y diplomático israelí destacó que la solución para que el mundo islámico salga al encuentro de la modernidad, es promover reformas que apuntes a dejar de lado concepciones que mantienen a la religión como centro único exclusivo de la vida.
Por otra parte, Ben Ami, uno de los referentes más importantes en el proceso de pacificación del conflicto palestino-israelí (convenios de Madrid 1991, Otawa 1993 y Camp David 2000), destacó que occidente debe reconciliar y no imponer aquellos preceptos o valores, que, gracias a la globalización, ha logrado exportar hacia otras latitudes.
“Hay que hablar de igual a igual con las civilizaciones islámicas, superando eso si el relativismo moral que nos impide manifestar algún grado de objeción frente a aquellos preceptos que sean considerados demasiado dogmáticos, solo así podemos alcanzar una verdadera alianza de civilizaciones”, señaló el también escritor, autor del libro “Cicatrices de guerra, heridas de paz. La Tragedia Arabe Israelí” (2006)
Con la clara convicción de que si el siglo XX fue el de los regímenes utópicos, el siglo XXI será el de la problemática islámica, Ben Amí define la Primavera Arabe como un intento por reformar los viejos sistemas político sociales, pero que ha experimentado fallas en diversos puntos.
“El modelo que vemos en Tunez, Libia, Egipto y Siria es un retorno a la guerra de religiones. No existe una opción real entre religión y democracia. O es dictadura laica o democracia islámica. Hay que aspirar a crear plataformas conjuntas de sectores religiosos y no religiosos, que logren avanzar hacia la consecución de objetivos políticos económicos y sociales”.
El actual Vicepresidente y cofundador del Centro Internacional de Toledo por la Paz (España) es enfático en señalar que el Islam, en si no es un obstáculo para que determinadas culturas árabes alcancen grados de modernidad y puedan entrar en díalogo con occidente, sino que la interpretación al mundo de valores del Islam, es lo que constituye una traba.
“El islam tiene enormes capacidades, que ya demostró en el pasado al inicio del encuentro con occidente, a través de contribuciones en la filosofía, las ciencias, las artes, etc. a cuyas interpretaciones más radicales se debe hacer frente con una alternativa reformista, aperturista y tolerante”.
La realización del encuentro “Del dialogo a la alianza de civilizaciones. Visiones desde el sur latinoamericano”, en la que participó Shlomo Ben-Ami, se incerta en el proyecto Fondecyt “Conflicto y diálogo en Argentina y Chile: los casos del judaísmo, el islam y el hinduismo en el período 2001-2011″.
Realizado por el investigador y académico del Departamento de Ciencia Política y RR.EE. de la UAH, Dr. Isaac Caro, el proyecto analiza el judaísmo, el islam y el hinduismo, tomando los casos de Chile y Argentina, y concentrándose en los aspectos de diálogo y conflicto. “Este trabajo coloca énfasis en que más que un choque de civilizaciones entre unidades culturales distintas, lo que se registran son conflictos importantes al interior de una misma civilización”, destaca el experto.