Por: Alejandro Pelfini, académico del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la UAH.
14/01/2015
Imposible no solidarizarse con las víctimas del atentado sufrido por la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo ni impresionarse con la magnitud de las manifestaciones en Francia y en varios lugares del mundo, rechazando cualquier forma de terrorismo y de amenaza a la libertad de prensa. No obstante, y a mi juicio, el nudo del problema no está en el presente y en la condena a un salvaje acto de violencia, sino más bien en la dificultad que muestra Occidente (y Europa Occidental en particular) para aprender de sus excesos y revisar sus acciones. En este sentido, la proclama sería menos “Yo soy Charlie Hebdo (“Je suis Charlie Hebdo”) y más bien preguntarse, primero, hasta qué punto uno podría haber sido Charlie Hebdo, es decir, hasta dónde uno podría compartir el tono, el estilo y el sentido de la oportunidad de las sátiras sobre Mahoma y luego reproducidas sin control alguno por otros tantos medios occidentales; pasando luego a preguntarse hasta qué punto uno debería seguir siendo Charlie Hebdo cuando en la reacción al atentado terrorista no se hace más que redoblar la apuesta por la sacrosanta libertad de expresión sin haber atendido a los efectos de un mensaje en el otro ni a sus posibles reacciones.
Personalmente no deja de impresionarme lo poco que Europa Occidental ha aprendido de la experiencia con las caricaturas de Mahoma publicadas por el periódico danés Jyllands-Posten en el año 2005. En esa oportunidad, por suerte no se sufrió un atentado terrorista, pero sí se extendieron dramáticas protestas a lo largo del mundo islámico en las que también hubo que lamentar víctimas. La respuesta del periódico y del gobierno danés fue reafirmar el derecho a la libertad de expresión sin retractarse ni disculparse por los efectos de la sátira….
http://www.elmostrador.cl/opinion/2015/01/14/debemos-seguir-siendo-charlie-hebdo/