Señor Director:
La consternación que generó la elección de Donald Trump como Presidente de Estados Unidos, no solo se vio reflejada en las portadas de todo el mundo y en los análisis periodísticos o académicos, sino también en los posteos de Facebook y Twitter. Algunos consternados, otros preocupados y otros expresando su asombro desde el humor era extraño que alguien se quedara fuera lo que estaba sucediendo, el problema es que ninguno sabía muy bien qué era lo que había sucedido.
En estos espacios se permeaba en todas direcciones una sensación de sorpresa, el análisis de lo previsible, de lo posible, se volvía espurio. Algo similar ocurrió con el Brexit y con Colombia, que aunque no son exactamente los mismos fenómenos, dan cuenta de un año de sorpresas para todos los analistas. Y la pregunta es entonces si estamos de acuerdo mayoritariamente en algo, ¿cómo es posible que ocurra o contrario?, y al parecer es la misma pregunta la que no nos deja ver con claridad el escenario, el árbol no nos está dejando ver el bosque en todas sus dimensiones, y la realidad se nos aparece con la fuerza de lo inesperado. ¿Será que todos estamos mirando el mismo árbol?, y dejamos fuera la diversidad de elementos a considerar, ¿o será que seguimos usando los mismos lentes? el del consenso, el de la opinión pública, el de los estudios de largo plazo, y hemos olvidado el vértigo del mundo moderno con su velocidad nunca antes vista. ¿Es que no hemos ponderado adecuadamente lo impredecible del ser humano?, y finalmente, ¿no será la endogamia en la que se mueve la academia la que nos lleva a estos análisis errados? Esa endogamia de no ver más allá, es lo mismo que está ocurriendo en la elite y desde el análisis de las ciencias sociales. Porque más allá de algunos que lo señalaron, lo cierto, es que este hecho en particular, ha sorprendido a todos.
Ya se ha señalado bastante, pero las encuestas no están dando en el clavo. Si a lo anterior sumamos la nula existencia del pregonado sorpazzo en las últimas elecciones españolas, tal vez sea el momento de que estas den un salto en su desarrollo, pues claramente, tal como se llevan adelante hoy no es suficiente.
Porque lo cierto es que esos instrumentos no están transmitiendo lo que el votante que sorprendió anoche opina, que en el caso de EEUU este fue al parecer de zona rural, mediana edad, blanco, afectados por las crisis económicas que han enfrentado diferentes estados, e intolerantes a la migración -haciendo rápido y poco elaborado perfil. Por tanto, la voz de estos no fue escuchada por la elite, y si lo fue por algún visionario, tampoco fue considerado ni ponderado en su justa medida. Esa ceguera ante el malestar existente, por ejemplo, tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido, o ante miradas diversas, inesperadas que priorizan desde otro lugar (Colombia) es la que sorprende. Las elites políticas están sistemáticamente ignorando y minimizando su peso, insistiendo en candidatos que no llegarán ellos, y que tampoco convocarán a quienes no se han acercado al sistema. En los dos primeros casos, quienes no lo vieron fueron los sectores de centro y progresistas, que creen en un mundo globalizado, entregado, con mayor equidad de género, con avances hacia las minorías, abierto al mundo y a la diversidad religiosa. En el tercero, se pensó que el discurso por la paz sería más que suficiente, dejando de lado cualquier otro análisis y estrategia.
Esa élite, política, económica, académica, es la que no ha entendido que, muchas de esas ideas que parecen tan adecuadas no son prioridad para quienes están frustrados con el sistema, en pobreza, o sin ser pobre, en vulnerabilidad frente al sistema.
El punto es que lo que hemos visto afuera, también aplica hoy para Chile. Las municipales también mostraron resultados no previstos. Y en ese sentido cabe preguntarse, ¿sabemos hoy realmente cuáles son los temas que preocupan a nuestros votantes en cara a las elecciones presidenciales del 2017? ¿Los candidatos que aparecen hoy en carrera conseguirán motivarlos a ir a votar? ¿Estamos entendiendo lo que sucede? Quisiéramos confiar en que así es, y que se está mirando un poco más allá que el propio muro de Faceboook.
Fabiola Berrios
Cecilia Osorio
Departamento de Ciencia Política y RR.II. Universidad Alberto Hurtado
Publicado El Mostrador y disponible en: http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2016/11/23/mas-alla-del-muro-de-facebook/