(Especial para Infolatam por Rogelio Núñez)-. Augusto Pinochet murió en 2006 pero su presencia en el ambiente político chileno sigue siendo muy fuerte. El actual modelo económico surgió durante su régimen, su constitución de 1980, más allá de los cambios de 1989 y 2005, sigue vigente y las elecciones presidenciales de este año van a enfrentar aMichelle Bachelet y a Evelyn Matthei, hijas de dos generales que estuvieron en bandos opuestos en el golpe de 1973 del que además se cumplen 40 años en 2013.
[wptabtitle] Comentario de Esteban Valenzuela en The Associated Press[/wptabtitle] [wptabcontent]
Esteban Valenzuela, director del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Alberto Hurtado, comentó a The Associated Press que Bachelet y Matthei tendrán “una disputa histórica, simbólicamente, de quien fue la hija de una víctima de la dictadura y de un miembro activo de la Junta Militar. Habrá un cierto regreso al pasado que es inevitable”.
Si bien la mayoría de la población vive ya en otro contexto, el “tema Pinochet” sigue levantando ampollas, y estas elecciones no va a ser una excepción.
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A 40 años del golpe
Así, por ejemplo, en la última semana se ha podido ver como la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), Lorena Pizarro, aseguraba que Evelyn Matthei “representa al sector fascista que durante 17 años golpeó” al país.
“Ella no solo es hija del general (Fernando) Matthei, ella representa ese sector, es militante de ese sector, es parte de ellos”, dijo a Efe la dirigente de la AFDD, una de las la organizaciones de defensa de los derechos humanos más activa durante y después de la dictadura (1973-1990).
Augusto Pinochet y Salvador Allende
El aniversario de los 40 años del golpe rondará, por lo tanto, se quiera o no, por el proceso electoral.
Este 11 de septiembre -día en el que se cumplen esos 40 años – será especial, y seguramente más movido que otros en cuanto a protestas e incidentes.
Además, el legado del régimen de Pinochet (el económico y sobre todo el político) va a estar sobre la mesa en estas elecciones pues el Chile de hoy no puede entenderse sin lo ocurrido entre 1973 y 1990.
“El principal legado de Pinochet es el modelo económico y el orden institucional. El es el padre del modelo chileno, que ha cambiado desde el retorno a la democracia. El modelo neoliberal es ahora una economía social de mercado, pero sus bases siguen siendo las impuestas por Pinochet”, explica el analista Patricio Navia.
Ese modelo en lo esencial continuó con los gobiernos de la Concertación (1990-2010), el de Michelle Bacheletincluido (2006-2010).
“La Concertación supo mantener y corregir las buenas reformas de la dictadura y eliminar muchas de las malas; así y todo, la sombra de Pinochet todavía está presente. Corregida, democratizada y sin enclaves autoritarios, la Constitución sigue siendo la de Pinochet“, asegura Navia.
Elecciones presidenciales y el legado de Pinochet
Pero un triunfo de Michelle Bachelet puede suponer imprimir un fuerte giro a ese modelo.
No en vano una de las propuestas estrellas de la candidata es el cambio constitucional con el fin de acabar con una carta magna elaborada durante el régimen, en 1980, si bien posteriormente muy reformada durante la transición (1989-90) y en época del gobierno de Ricardo Lagos (2005).
La candidata presidencial por la Coalición Nueva Mayoría, Michelle Bachelet
Y eso porque la Constitución actual, según la expresidenta, “ya no da para ajustes. Soy una convencida, creo que la historia lo demuestra, que en Chile se abrió un nuevo ciclo político y social que plantea algunos viejos desafíos como la desigualdad y otros nuevos”.
Bachelet, que acude aliada con el Partido Comunista, algo inédito en el centroizquierda desde 1998, reniega del actual texto ya que “esta Constitución es ilegítima en origen, y siendo importantes las reformas que se han hecho, no han bastado para que todo el mundo se sienta identificado… esta Constitución es percibida como de origen ilegítimo, no nacida en democracia y que si bien mejoró en algunos aspectos, otros siguen teniendo carácter tutelar y no representan a muchos ciudadanos”.
El centroderecha, encarnado en Evelyn Matthei, no puede quedar al margen de esa reforma pues no solo es necesario el consenso sino que Bachelet no tendrá el respaldo necesario en el legislativo. Además, a día de hoy, la derecha admite el cambio en el sistema electoral, el binominal, pero no un cambio integral de la carta magna.
Michelle Bachelet: “Esta Constitución es ilegítima en origen, y siendo importantes las reformas que se han hecho, no han bastado para que todo el mundo se sienta identificado”
Como señala el analista Héctor Soto en el diario La Tercera, “Si hay algo que este año se ha hecho evidente es que el debate en torno a la Constitución del 80 es una trampa. Las mismas razones que ensucian su articulado con el pecado original del régimen militar que la impuso son las que al final la redimen, habida cuenta que fue con esa Constitución y no otra que el general Pinochet fue derrotado. Es complicado en un país de huachos como el nuestro, con amplios sectores que si nos rascan un poco quedamos reducidos a ratones de cola pelada, hablar tanto de legitimidades de origen. Por favor: los peores crímenes de la humanidad se han cometido en nombre de la pureza y no hay fascismo más peligroso que el de quienes ven a los demás como una manga de corruptos, de mestizos o de inconsecuentes. Al margen de estas derivadas, la actual constitución ha tenido por lo demás muchos otros cambios y nadie podría dudar ni por un minuto que pronto vendrán otros tantos”.
Además de celebrarse las elecciones en el 40 aniversario del golpe de 1973 y tener sobre la mesa la propuesta de un cambio de modelo político heredado del pinochetismo, la pugna entre Bachelet y Matthei reúne muchos componentes simbólicos referidos también a la época de Pinochet. Los padres de ambas eran militares, los generales Fernando Matthei y Alberto Bachelet. Ideológicamente muy distantes, sin embargo mantenían una fluida relación personal.
La exministra del Trabajo, Evelyn Matthei, tras anunciar su renuncia al su cargo para participar en las elecciones presidenciales
Como recordaba el diario La Tercera, “más allá de las diferencias, (en los años 60) Alberto Bachelet y Fernando Matthei comparten intereses. Los dos son amantes del deporte, la literatura y la música docta. No es raro que en Cerro Moreno crucen la calle que los separa para prestarse discos y conversar durante horas”.
El triunfo de Salvador Allende en 1970 les separó aún más políticamente aunque no en lo personal.
Bachelet colaboró con Allende y Matthei, si bien no participó en el golpe, acabó siendo ministro y miembro de la junta militar de la dictadura de Pinochet.
Alberto Bachelet murió de un infarto en una cárcel militar en 1974, donde pasó sus últimos días, después de haber sido sometido a tortura por sus subalternos en la Academia de Guerra Aérea por mantenerse fiel al gobierno de Allende.
No es casualidad que en este contexto, el activista de derechos humanos Eduardo Contreras promueva contra el general Fernando Matthei un enjuiciamiento por estar involucrado en la tortura y asesinato del general Alberto Bachelet, padre de la expresidenta y de nuevo aspirante a la jefatura de Estado, Michelle Bachelet.
Evelyn Matthei “(acusar al general Fernando Mattei de torturas) es grotesco, tan grotesco como acusar a (Alberto) Bachelet de traición a la patria, como lo juzgaron en su tiempo. Grotesco no más”.
En respuesta, Matthei aseguró a la cadena CNN Chile que “es grotesco, tan grotesco como acusar a (Alberto) Bachelet de traición a la patria, como lo juzgaron en su tiempo. Grotesco no más”.
Ella, por su lado, ha sido “muy crítica del tema de los Derechos Humanos. Me duele en el alma las vidas que se perdieron”.
La relación entre Matthei y Bachelet es formal, no son amigas, aunque entre las dos familias existen fuertes nexos. La expresidente trata con ternura al general matthei (“Tío Fernando, me cuesta decirle de otra manera”) y Evelyn confiesa que siente “cariño por el general Bachelet, por Angela Jeria y Michelle”.
De todas formas, la campaña que se avecina va a ser dura, el recuerdo al pasado estará muy presente y esas heridas puede ser que tarden en cerrar. Además, Matthei es de fuerte carÁcter y afilada lengua y el entorno de Bachelet, no ella directamente, sacará en algún momento a relucir los viejos fantasmas.