Por Javiera Cienfuegos
El proceso de acreditación continúa. Ahora ha sido el turno de aquellos que ya culminaron su formación, los ex -alumnos. Durante esta semana se comenzó el trabajo conjunto con las promociones egresadas a través de grupos de discusión guiados por profesores de planta, quienes recordaban perfectamente a cada uno de los participantes. Los encuentros entre los ex –compañeros en su mayoría fueron emotivos, pues muchos habían perdido contacto luego de su egreso, otros se reúnen una vez por año.
Al momento de hablar de la formación entregada, los ex –alumnos la catalogaron de buena, agradeciendo la entrega de ciertas habilidades para enfrentar el mundo laboral. La mayoría de ellos se encuentra trabajando y algunos estudiando otras carreras o programas de postgrado. Los trabajos en general pertenecen al área de política pública y programas sociales; se mencionaron el ministerio de educación, el ministerio de vivienda, el programa Chile barrio, Un techo para Chile, entre otros. Señalan que están satisfechos con la inserción laboral que han tenido y que actualmente, desde una mirada retrospectiva y de ejercicio de la profesión, pueden distinguir con mayor facilidad los aspectos fuertes de la formación de la UAH, así como sus vacíos. Los ex-alumnos declaran haber obtenido herramientas útiles en los cursos de Claudio Ramos, como son el trabajo en equipo y el manejo del software cualitativo QSR, algo parecido dicen al referirse a la formación teórica, aunque señalan que los autores contemporáneos fueron vistos de manera débil. Sin embargo, en términos de análisis de datos cuantitativos, los participantes identifican grandes vacíos, específicamente para el caso multivariado, que se realiza con el software SPSS. Un último vacío identificado en la formación fue la poca oferta de cursos optativos de la malla curricular y el débil desarrollo del área dedicada a la Sociología del derecho y a la evaluación de proyectos.
Resulta muy interesante, a partir de esta lectura de la carrera realizada por ex –alumnos, observar los últimos cambios de la malla curricular y ver cómo dichos vacíos se encuentran “cubiertos”, al menos en su gran mayoría: la gama de cursos optativos es hoy muy diversa, incluyendo temas como juventud, educación, arte, imaginarios sociales, autores contemporáneos, etc. Los cursos de teoría social, que antes eran tres, ahora son cinco, estando dedicados los dos últimos a la revisión de Habermas y Luhmann, a cargo de profesores expertos, como son Chávez y Mascareño. Pierre Bourdieu es posible estudiarlo con más detalle gracias al curso optativo dictado por Omar Aguilar. Finalmente, los cursos de análisis de datos cuantitativos contemplan en sus contenidos análisis univariado, bivariado y multivariado, por su parte, los cursos metodológicos cualitativos se han extendido a dos. La escuela ha crecido y se ha hecho cargo de sus vacíos.
Sin embargo, hay un tema pendiente con los ex – alumnos. Actualmente ellos son la “cara visible” de la escuela en el mundo laboral, ellos mismos han tejido redes de contacto que quisieran compartir con la escuela, pero se han visto limitados frente a la ausencia de una propuesta seria de organización de ex – alumnos en la carrera de Sociología. También resienten la falta de información de charlas y seminarios que ofrece la universidad, o de simplemente conocer la situación laboral de otros egresados y también las necesidades de la escuela para y con los que fueron sus primeras generaciones de estudiantes.
Por último, los egresados manifestaron interés en formalizar redes de trabajo a modo de bolsas laborales, de realizar investigaciones conjuntas, de que exista una gestión universitaria para estudios fuera del país, de participar en eventos académicos que ocurren en la universidad, de generar encuentros. Existe voluntad en ellos de posicionar a la escuela y de retribuirle la formación entregada con la cual se identifican y, si bien fue distinta a la que hoy se está brindando, agradecen.
Así finalizaron estos encuentros, con grandes propuestas y proyecciones futuras.