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No ganó el abstencionismo, sigue ganando el neoliberalismo

Por: Marcos Cárdenas Alumno de Ciencias Políticas y RRII, Universidad Alberto Hurtado Opinión “El Mostrador” 24-11-13 En Chile cada vez votan menos personas en las elecciones presidenciales. En primer lugar, la abstención de las elecciones del día domingo pasado (52%), puede tener distintos factores. Por un lado una abstención voluntaria: desinterés por la política, crítica […]

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Por: Marcos Cárdenas
Alumno de Ciencias Políticas y RRII, Universidad Alberto Hurtado
Opinión “El Mostrador” 24-11-13

En Chile cada vez votan menos personas en las elecciones presidenciales. En primer lugar, la abstención de las elecciones del día domingo pasado (52%), puede tener distintos factores. Por un lado una abstención voluntaria: desinterés por la política, crítica al sistema electoral y su efectos, elegir salir de paseo en familia, ejercer el “derecho” de no votar, autoconvencimiento de que nada cambia realmente gane quien gane las elecciones (¡igual hay que trabajar al otro día!), diferencias sustanciales con el régimen político (en muchos casos con la misma democracia), no desear participar de esta forma institucionalizada, sino que por una vía no-institucional, por ejemplo, desde el eslogan: “el cambio no está en La Moneda, sino en las Grandes Alamedas”. Por otro lado, puede ser una abstención no voluntaria: problemas climáticos, de transporte, indisposiciones, por enfermedad, accidentes, viajes no previstos, pérdida de documento de identificación, por estar en el extranjero (un debate que la derecha trabó durante años) o por sucesos personales variados. Probablemente, en el segundo caso el votante hubiera deseado votar, pero se ha visto obstaculizado.

En segundo lugar, con respecto al “voto joven” y la abstención, es interesante señalar un aspecto cultural. Se estimó que este año más del 32% del padrón electoral está compuesto por jóvenes de entre 18 y 34 años, un gran avance comparado con el 6,5% de hace cuatro años, y el número de candidatos jóvenes creció en un 7%. Una mirada sugerente es la de Charles Taylor, que señala que los jóvenes actuales estamos marcados por la época de la autenticidad: un narcisismo exacerbado; el eclipse de los fines y el predominio de la razón instrumental; y la progresiva pérdida de la libertad por medio de un “despotismo blando”. Le agrego el sustrato neoliberal, que valora sobre todo la expresividad individual y en el cual existe una especie de concentración en lo privado, con un distanciamiento de la polis, pero cercano a la representación ideal del yo (cultura de la imagen, el ícono). Hay también lejanía respecto de los modos tradicionales de ejercicio de la autoridad y alta valoración de las dimensiones emotivas y afectivas de la vida humana. Señalo esto, para extremar el punto de que es muy difícil señalar que la abstención, sobre todo en los jóvenes, sea una abstención voluntaria crítica y movilizada, como se lee en la prensa o en las redes sociales. Pudiendo concluir que la expresión “ganó la abstención” es una falacia; esta no compite.

http://www.elmostrador.cl/opinion/2013/11/24/no-gano-el-abstencionismo-sigue-ganando-el-neoliberalismo/

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