El martes 3 de junio se realizó en el Aula Magna de la Universidad Alberto Hurtado el taller “Hablemos de conchales: experiencias, potencialidades y desafíos”, un espacio de diálogo y reflexión organizado por los proyectos Fondecyt 1221825 (Ocupación humana en la costa del interfluvio de los ríos Elqui y Huasco durante el Holoceno Medio, dirigido por Boris Santander) y Fondecyt de Iniciación 11251046 (Zooarqueología en sitios conchales de la costa norte de Chile, dirigido por Sandra Rebolledo).
La actividad, moderada por ambos investigadores —Sandra Rebolledo, académica de la carrera de Arqueología, y Boris Santander, director del Departamento de Antropología— reunió a estudiantes, arqueólogas/os, investigadoras/es y personas recién tituladas para compartir experiencias en el estudio de sitios conchales, tanto desde el trabajo en terreno como en laboratorio.
Durante el taller se discutieron temas como las diferencias entre los conchales según su ubicación geográfica en el país, las formas de conceptualizarlos, y los métodos de excavación y análisis que se utilizan en distintas investigaciones. “Fue un encuentro super estimulante y gratificante. Pudimos compartir información y estrategias de abordaje con colegas que basan sus estudios en este tipo de sitios arqueológicos”, comentó Boris Santander.
En un ambiente de conversación abierta, los asistentes aportaron desde sus propios recorridos e investigaciones, generando una instancia de construcción colectiva que busca avanzar hacia metodologías más rigurosas, colaborativas y situadas.
“Hubo mucho público, mucha diversidad también, porque había estudiantes, investigadores, gente recién titulada, entonces desde ahí pudimos ver varias miradas y formas de entender esta idea de los conchales”, destacó Sandra Rebolledo.
¿Por qué hablar de conchales?
Para Sandra Rebolledo, los conchales son clave para entender las trayectorias históricas de las comunidades humanas en Chile. “Son sitios arqueológicos muy ubicuos —sobre todo en la costa—, y por lo tanto es super relevante poder generar discusiones que vayan en pos de definiciones y de formas de entender y conceptualizar, pero sobre todo trabajar este tipo de contextos”, señaló.
Además de su valor científico, estos sitios poseen una dimensión patrimonial que nos conecta con el pasado profundo del territorio: “Los conchales nos permiten entender cómo las comunidades se han construido en torno a estos espacios, a la relación con los animales, los recursos marinos… y eso también tiene un valor para la conservación de la memoria, los materiales y la historia de nuestro propio territorio”.