Ser “mujereada” en internet
Fuente: La Tercera – Revista Paula
Seis meses. Ese es el tiempo que se estima que una mujer será admirada y apoyada en redes sociales e Internet antes de empezar a recibir críticas y hasta comentarios de odio y amenazas. La columnista cultural canadiense Rayne Fisher-Quann fue una de las primeras en acuñar este término que describe ese momento en que pareciera que millones de personas se ponen de acuerdo para ensalzar y luego detestar a una mujer al mismo tiempo: “Woman´d”, que en español se traduce como ser “mujereada”.
“Empieza con adoración: consigue papeles protagonistas, compone canciones de éxito, se vuelve viral. Es nueva, joven y rentable. Entonces empieza la idolatría. Puede que las revistas empiecen a vender ejemplares llamándola la voz de una generación (…), quizás la cataloguen de ícono feminista porque fue a la Marcha de las Mujeres”, describe la columnista. “Tal vez consiga demasiado fans, demasiado rápido. En cualquier caso, va camino a la sobreexposición: las bromas que la gente encontraba encantadoras hace seis meses empiezan a cansar y ves su cara a través de todos los canales algorítmicos que tu teléfono puede manejar. ¿no ha sido siempre un poco molesta?”, añade.
Como explica Fisher-Quann, ese hastío puede verse incrementado cuando una de estas figuras públicas comete un supuesto error, emite un comentario grosero o desafortunado, un paso en falso que termina por bajarlas del pedestal. Es un ciclo que viene y va: pasó con la actriz Anne Hathaway, con la cantante Britney Spears, y ahora lo estamos presenciando con Shakira.
Patricia Rivera, académica del Departamento de Periodismo UAH y miembro de Redperiofem, explica que en los últimos años se han inventado términos como estos para describir situaciones que existen desde la llegada de Internet y se relacionan con la forma en que se consumen los medios y las redes sociales. “Las personas se perciben como un objeto de consumo y ahí está el primer error. Todos cometemos errores y es imposible que los dichos y la obra de una persona estén siempre complaciendo a esta audiencia mediática que está instalada en las redes sociales. Ahí aparece esta idea de motor de rabia que se produce en entornos como Twitter para denostar a alguien porque dijo algo que no nos pareció, o porque hizo una canción que no gustó, salió vestida de una forma, subió o bajó de peso”, dice Rivera.
Mujeres perfectas
En su artículo, Fisher-Quann dibuja una línea importante: ser mujereada no es lo mismo que ser criticada. Es decir, cualquier mujer en el ojo público puede recibir una crítica razonable por su trabajo, acciones o palabras ya que ellas merecen ser evaluadas con el mismo criterio que el resto. El problema está cuando, de la noche a la mañana, estas mujeres reciben una oleada de odio, memes y humillación que no se sustenta en argumentos y que no acepta los grises.
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