Por: Esteban Valenzuela, Director de CCPP y RRII de la Universidad Alberto Hurtado.
Casarse con la Nueva Constitución implica respaldar a Michelle Bachelet y ganar con una mayoría sólida, plural, en un proceso de construcción de un Bloque por los Cambios que sigue en expansión, con diálogos fecundos que ojalá integren las propuestas de Revolución Democrática (RD), ecologistas, liberales, regionalistas, socialcristianos disidentes, progresistas, humanistas, mapuches autonomistas, la Izquierda Autónoma. El Partido Humanista fue pionero en pedir un viraje social y participativo a fines de los 90; los ecologistas en pedir sustentabilidad y ahora con Sfeir giro a lo alimentario-saludable; el Partido Liberal de Vlado Mirosevic (diputado por Arica) ha retomado las banderas federales de Infante y pide devolución de impuestos a las regiones; Mulet y los colorines progresistas saben de cómo bajar la evasión tributaria en la Minería y recuperar renta para el Estado. RD ha sido señera en politizar a la nueva generación hacia la influencia para transformar el poder de los anquilosados partidos, así Jackson y Boric de la Izquierda Autónoma corren las fronteras de lo posible y son indispensables en la mayoría parlamentaria por la nueva Constitución. ME-O, más allá de la retórica, sabe que casarse con la AC es aportar a que Bachelet gane con amplitud para que el proceso de consulta ciudadana por la nueva Constitución tenga más peso en la propuesta final de Constitución que se propondrá al Congreso, donde el propio control ciudadano y de los movimientos sociales permitirá que la mayoría por los cambios no se desvanezca por acción de poderes fácticos, flojera o incoherencia.
¿Cuál es la nueva Constitución? Bachelet ha sintonizado con las grandes aportaciones del neoconstitucionalismo democrático de avanzada: regionalismo empoderado (elección de intendentes), plurinacionalidad al apoyar el reconocimiento de los pueblos originarios, Estado solidario con la reforma tributaria, igualdad de género, fin a la discriminación, la educación como derecho y gratuita en todos sus niveles, recuperación de los recursos naturales como bienes públicos… Mathei ha dicho todo lo contrario. La litis es pública, la necesidad de reformar el sistema político y económico –como también lo ha planteado la Conferencia Episcopal– tiene su comienzo en la mayoría electoral, política y social que se ha re-creado en Chile como poder constituyente de los pueblos soberanos que se expresarán….
http://www.elmostrador.cl/opinion/2013/12/04/nueva-constitucion-y-bloque-por-los-cambios-con-bachelet/