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Antropología Aplicada: cuando el aula se abre a la experiencia social

El pasado 12 de agosto la carrera de Antropología de la Universidad Alberto Hurtado dio inicio al curso de Antropología Aplicada, dirigido por la directora de la carrera Bárbara Bustos junto a Octavio Peña en su rol de ayudante. La propuesta busca acercar tempranamente a los y las estudiantes al mundo laboral, estableciendo vínculos con […]

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El pasado 12 de agosto la carrera de Antropología de la Universidad Alberto Hurtado dio inicio al curso de Antropología Aplicada, dirigido por la directora de la carrera Bárbara Bustos junto a Octavio Peña en su rol de ayudante. La propuesta busca acercar tempranamente a los y las estudiantes al mundo laboral, estableciendo vínculos con instituciones sociales y culturales que plantean problemáticas concretas y requieren del aporte disciplinar de la antropología.

En este semestre, los grupos de trabajo se han vinculado con instituciones como Fundación Gesta, Museo de la Memoria, Servicio País, Municipio de Peñalolén, CIDETS y el Ministerio de Desarrollo Social, enfrentando temáticas tan diversas como niñez migrante, memoria y derechos humanos, pueblos indígenas, mujeres liderezas y personas mayores en territorios rururbanos.

Teoría y práctica en diálogo constante

Para Bárbara Bustos, la clave de este curso está en combinar la lectura crítica de bibliografía con la experiencia práctica en terreno.

“El curso alterna clases lectivas con talleres prácticos en los que los estudiantes revisan y discuten las problemáticas levantadas por las instituciones. La retroalimentación en estos espacios es fundamental para generar propuestas pertinentes”.

Desafíos compartidos

La académica reconoce que articular intereses académicos con demandas reales supone tensiones:

“Exige un esfuerzo por construir un lenguaje común, un ejercicio de traducción en múltiples direcciones. Para los estudiantes, uno de los mayores desafíos es aprender a trabajar en equipo y enfrentarse a temáticas que pueden no ser de su total interés. La experiencia los desafía a tomar decisiones y aplicar conocimientos como en el mundo laboral real”.

Competencias profesionales

El curso apunta a que los y las estudiantes desarrollen habilidades relacionales, autonomía, capacidad de negociación y autoconocimiento, además de competencias para adaptarse al lenguaje institucional.

“La oportunidad de aprender en terreno les permite movilizar conocimientos y metodologías participativas, fortaleciendo su confianza y seguridad para la futura inserción laboral”, explica Bustos.

Productos con impacto social

Los proyectos resultantes son tan diversos como las problemáticas que enfrentan: informes técnico-antropológicos, cápsulas audiovisuales, fotolibros, material gráfico e infografías. Lo común, destaca la académica, es que todos buscan ser útiles para el trabajo cotidiano de las instituciones con comunidades locales.

Empleabilidad y proyección

La experiencia temprana con instituciones colaboradoras no solo enriquece la formación universitaria, sino que abre horizontes laborales concretos.

“Este tipo de cursos permite a los estudiantes reconocer la particularidad de su aporte, descubrir sus campos de interés y desarrollar habilidades profesionales en interacción con equipos diversos. Así, fortalecen su empleabilidad y su capacidad de incidir en contextos sociales reales”.

Con esta experiencia, la Facultad de Ciencias Sociales de la UAH reafirma su compromiso de formar antropólogos y antropólogas capaces de vincular teoría y práctica, contribuyendo activamente a la comprensión y transformación de realidades sociales.

 

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