Por Manuel Fuenzalida.
Formalmente, desde el 09 de abril partió el proceso del Censo 2012, el cual se extenderá hasta fines del mes de junio. Este formato inédito para Chile, ha despertado desde las redes sociales y los medios de comunicación, interrogantes e inquietudes, que dejan en evidencia la carencia del sentido público de algunos miembros de nuestra sociedad actual.
El sólo hecho de dar tribuna para que se difundan las preguntas ¿puedo negarme a ser censado? ¿puedo negarme a responder las preguntas del censo? y esperar a leer o escuchar opiniones del tipo “pasa que no quiero colaborar con el Estado de Chile” o “la información que suministre puede ser usada en mi contra”, refleja un sentir ego-ísta-céntrico, en dónde una visión de construcción de proyecto país no tiene cabida.
Es por ello que es importante recordarle a la ciudadanía que el Censo de Población y Vivienda es el único instrumento estadístico disponible en Chile que cuenta con la cobertura, grado de desagregación y actualidad de los datos, referidos a personas y hogares, necesarios para los estudios de diferenciación socio-espacial basados en indicadores territoriales.
Así, el censo se constituye en uno de los más potentes recursos para la planificación a nivel nacional, regional, provincial y comunal, que facilita la combinación de variables de distintos niveles, permitiendo por ejemplo, caracterizar la población según aspectos del hogar o de la vivienda, u obtener frecuencias, tablas cruzadas y promedios a partir de cualquier área geográfica, que en el sentido práctico equivalen al país, región, provincia, comuna, distrito censal, zona censal o manzana censal. Las tres últimas posibilitan detectar las desigualdades que existen al interior de la ciudad, en unidades de planificación municipal que consideran desde las unidades vecinales, el barrio hasta una cuadra en particular.
Hay que destacar el hecho de que este instrumento estadístico tiene aplicaciones de gran utilidad para diversos sectores e intereses de nuestro país. Una esfera lo componen los particulares, instituciones comerciales, industriales y laborales; otra está representada por la investigación académica en las Universidades; pero sin lugar a dudas, la más trascendental es que se usa con fines públicos en el desarrollo de estrategias que contribuyan al desarrollo del país, las cuales se derivan de las diferentes variables que recogen, como pueden ser, género, orientación sexual, edad, ubicación geográfica, características de la vivienda y el hogar, etc.; esto facilita el desarrollo de políticas demográficas, de alfabetización, empleo, vivienda, salud, urbanización y desarrollo rural, entre otras. Por último, se usa con fines político-administrativos, tales como la demarcación de las circunscripciones electorales, distribución de congresales y representantes de los poderes del Estado.
Por todo lo anterior, si usted se ha sentido tentado por abstraerse de este evento que se realiza cada diez años, por convicción o comodidad, lo insto a que recule, ya que los efectos de su marginación serán mucho más complicados que los de inhibirse de un proceso de encuesta nacional del estilo CASEN, SALUD, JUVENTUD, entre otras.
Es elemental entender que lo que se logre registrar en estos meses alimentará la política pública de la presente década y diseñará los anhelos y los desafíos de la próxima. Dados los recientes reclamos de construcción de una sociedad más equitativa, contar con la mejor información territorial es imperioso, para que las correcciones al modelo de desarrollo lleguen a quienes más lo necesitan.
Entonces, es urgente socializar entre los chilenos que hay que darse tiempo para contestar el Censo, aunque ello signifique sacrificar tiempo personal, en especial si es de un fin de semana. La persona censada debe tener la certeza que por un lado, contribuirá al tiempo que necesita el país para conocer el estado de su desarrollo, y por otro, sus respuestas permitirán dar un sustento lógico y estadísticamente robusto, a las interrogantes ¿quienes son? y ¿dónde están?
Cuando se pretende cuantificar el público objetivo para los programas institucionales de, por ejemplo, Pavimentación Participativa, Subsidio Habitacional, Mejoramiento Urbano, Empleo o cuando se definen el universo de usuarios potencialmente beneficiados por la construcción de equipamientos públicos, como multicanchas, colegios, centros de salud familiar, u hospitales, este instrumento no es un desperdicio. No lo olvide, un hogar censado es un hogar que estará presente en los próximos diez años de política pública territorial.
Fuente: ElDinamo.cl