Señor Director:
Las particulares características tectónicas y climáticas de nuestro país, dicho de otra forma, la presencia de la cordillera de los Andes y la interacción del macizo andino, con las zonas de altas y bajas presiones instaladas en la zona central y sur de Sudamérica, junto con variables meteorológicas de escala local, le confieren un alto dinamismo a los sistemas de vertientes, es decir, a las laderas de los cerros que de menor a mayor elevación, configuran el margen oriental del relieve nacional. Es en estos sectores donde el clima, principalmente la oscilación térmica en altura y las precipitaciones, entre otros factores, han erosionado las rocas, desprendiendo materiales, que transportados por la acción de la gravedad y el agua, posteriormente rellenaron las cuencas intermedias.
Los aluviones representan un claro ejemplo de estos procesos de escala geológica, llevados a un escenario temporal de pocos días o incluso horas. Estos flujos masivos de barro que arrastran y transportan diversos materiales por una cantidad importante de kilómetros, son capaces de modificar el relieve y en el proceso generar importantes daños a la población, además de la lamentable pérdida de vidas.
El historial de aluviones en Chile es extenso, solo para ejemplificar, durante la década de los 90, las regiones de Antofagasta, Coquimbo, Metropolitana y de Magallanes se vieron afectadas por este tipo de eventos naturales, desde el año 2000 en adelante las regiones de Arica Parinacota, Antofagasta, Atacama, Coquimbo, Metropolitana, Bío Bío y Magallanes igualmente han sufrido los efectos de aluviones de distinta magnitud. Para prácticamente la totalidad de estos eventos dos factores claves fueron los gatillantes de su ocurrencia: Precipitaciones intensas y ascenso altitudinal de la isoterma cero. [continuar leyendo]
Carta al Director, publicada el 11 de marzo de 2017 en El Mostrador: http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2017/03/11/es-posible-un-plan-de-monitoreo-de-aluviones/