La periodista colombiana Ginna Morelo visitó nuestro Departamento y presentó el trabajo ganador del Festival Gabo 2018, Venezuela a la Fuga.
Morelo asistió a la clase del ramo Reportaje y al diplomado de Escritura Narrativa de No Ficción. Lo primero que compartió con los estudiantes fue su definición de periodismo: “Para mí periodismo es andar con los otros y encontrarme a mí misma en ellos”.
Insistió que el periodismo actual es colaborativo. De hecho el reportaje Venezuela a la Fuga, que recibió el Premio Gabriel García Márquez de Periodismo 2018 en Cobertura, nació luego de una reunión con periodistas venezolanos. En su realización participó el diario El Tiempo, en el que trabaja Morelo, y el medio venezolano Efecto Cocuyo, además de periodistas independientes que estaban en distintos lugares de Sudamérica. Fue el caso de la venezolana Vanessa Arenas, que asistió a la clase, que cubrió las historias de migrantes en Santiago.
Ginna Morelo hizo hincapié en que los periodistas debemos agregar una nueva agenda: instituciones y personas que financian el buen periodismo independiente.
Consultada por una alumna sobre algunos consejos para hacer periodismo colaborativo e independiente, Morelo recordó un episodio de su vida:
«Toda mi vida trabajé para medios de comunicación tradicionales. Hace cinco años me fui a Bogotá luego de tener una crisis y decir que no quería ser más periodista. Esto luego que mataran a una de mis fuentes, una persona que quería muchísimo y que me ayudó a entender el origen del gran conflicto colombiano, que es la desigualdad en la propiedad territorial, que está en manos de muy pocas personas, y el despojo ilegal permitido por el Estado a través del paramilitarismo. Esta era una persona que vivió este conflicto y al que le asesinaron a trece familiares, y luego lo mataron. Ese día dije: “No quiero hacer más esto porque no tiene sentido”. En la noche, cuando me dio esa crisis, recuerdo que me acompañaban, en la puerta del hotel donde me alojaba, varios amigos periodistas centroamericanos y mexicanos. Se quedaron esperando que saliera de mi pieza. La escena que recuerdo es que ellos amanecieron ahí. Son mis amigos y es la red de periodistas a la que me refiero. Entonces, yo creo que uno logra construir afinidades profesionales muy fuertes, no alrededor de los temas sino alrededor del oficio, de lo que es este oficio. Conocer todos los días personas y realidades, y tratar de entender la historia y pretender ser un poquito un notario de esa historia, es algo que no se concibe ni es posible si no se tiene una buena red de amigos periodistas. La primera vez que salí de mi país, en 2006, ese día comencé a organizar mi libreta con los contactos de periodistas que conocía en el extranjero. Esa red es, además, una gran carta de presentación para llegar a tocar puertas de organismos que financian el periodismo independiente. Hoy la enorme preocupación es explicar los fenómenos desde lo global y con una mirada local. Por ejemplo, la realidad migratoria venezolana no es sólo venezolana. Hablamos de un país que sale, 2 millones 400 mil personas en los últimos dos años, y otros tres países, Colombia, Venezuela y Perú, que no tienen idea de cómo atender esto. Cuando presenté el proyecto de Venezuela a la Fuga para su financiamiento en el International Peace Information Service (IPIS), lo que les llamó poderosamente la atención era la red que trataba de armar con las chicas de Efecto Cocuyo. Y no sólo con ellos: Ojo Público de Perú hizo el capítulo peruano, cómo a ese país llegan gran cantidad de migrantes venezolanos en busca de las medicinas para tratar el cáncer porque pueden acceder a ellas como no pasa en Colombia y en otros países. ¿Quién podía hacer eso si no eran las amigas de Ojo Público? Esta es una ventana interesante para que el oficio continúe, así mucha gente diga que esto se va a acabar, yo creo que no. Se acabarán los medios tal y como están, pero el periodismo, imposible. Pero se requiere que nos juntemos más».