En torno a la paralización de un mega proyecto inmobiliario dictaminada por la Corte Suprema, Loreto Rojas y Alejandro Cortés se refirieron al escenario general de estas construcciones en la capital y la necesidad de que medidas como la ejercida por la Corte Suprema se repliquen con mayor frecuencia.
SEÑOR DIRECTOR:
La Corte Suprema ratificó un fallo del Tribunal Ambiental que paralizó un megaproyecto inmobiliario en la comuna de Estación Central, dado su impacto en el medio humano y la calidad de vida de los habitantes. Para muchos causó asombro constatar que el proyecto rechazado contemplaba la construcción de dos torres con 1.078 departamentos y tan solo 195 estacionamientos, es decir, un estacionamiento por cada cinco departamentos.
Claramente, este no es el estándar con que se ha verticalizado gran parte del área central de Santiago. Sin embargo, olvidamos que en la misma zona de Estación Central ya existen proyectos construidos y habitados desde el año 2008 que cuentan con relaciones que van desde un estacionamiento por departamento hasta construcciones de 9,3 departamentos por cada estacionamiento.
A lo anterior se suman fluctuaciones importantes dentro del mismo año, siendo 2010 el más representativo con edificaciones que dan cuenta de una relación promedio de 1,2 departamentos por cada estacionamiento en su menor valor hasta una relación de 11,9 en su mayor expresión.
Ante la ausencia de una regulación urbanística que concilie la edificación vertical y sus impactos en los entornos, hoy estamos siendo testigos de cómo es la regulación ambiental, que se encuentra reaccionando ante lo que a todas luces nunca se debió haber propuesto para esta y ninguna zona de la ciudad. La interrogante entonces es, de esta ciudad ya construida, ¿quién se hace cargo?
Alejandro Cortés
Loreto Rojas
Académicos Dpto. de Geografía U. Alberto Hurtado
Publicación original:
https://www.latercera.com/opinion/noticia/regulacion-urbana/940454/