Por Pedro Güell
Investigador del CISOC y profesor del Departamento de Sociología.
Primer punto de ponencia (pp.1 y 2) realizada en las Jornadas Teológicas del Cono Sur y Brasil Ronaldo Muñoz, 12-15/julio/2011.
1. Mi objetivo con esta presentación es contribuir a formular los desafíos que las actuales realidades sociales y los desarrollos del trabajo intelectual ponen hoy a la relación entre la teología latinoamericana y las ciencias sociales.
Esta tarea es prioritaria para la teología, pues su relación con las ciencias sociales no es circunstancial o de buena voluntad, sino intrínseca. Un aspecto clave en la novedad histórica de la teología de la liberación ha sido el “giro epistemológico” que propuso. Este giro consiste en que el lugar de la elaboración del sentido teológico de la vida no es ya la explicitación del contenido dogmático de la fe o de su reproducción institucional, sino aquello que se revela y se lleva a cabo en la praxis histórica de los oprimidos por resistir o superar la dominación. El sentido no está en la relación intelectual o religiosa con el dogma eterno, sino en la relación comprometida con la liberación en la praxis situada. Este es el lugar teológico primario.
Hay que reconocer que este giro significó un aporte decisivo, único a nivel global, no sólo en el plano intelectual, sino sobre todo respecto del rol que tienen los sistemas de significación religiosa en la práctica política.
Este giro tiene importantes consecuencias. Una de ellas es el rol que se atribuye la propia teología y el rol que le asigna a las ciencias sociales. La reflexión teológica sobre la praxis, como un momento segundo, requiere reconocer primero que es lo que de verdad, objetivamente, está en juego en la praxis histórica. Esa tarea se la asigna la teología de la libración a las ciencias sociales. Por su pretendido carácter científico, ellas son las que pueden descifrar la textura real de la praxis: las causas, estructuras y dinámicas de la opresión. Luego de “ver” la realidad con los ojos de las ciencias sociales, la teología “juzga” esas realidades para retroalimentarlas con una acción más lúcida. No solo hay una relación intrínseca de la teología con lo que las ciencias sociales ven en la realidad, sino también con cómo la ven. La teología latinoamericana ha apostado a la definición de lo real de las ciencias sociales. Hay que reconocer que esto ha sido materia de mucha polémica y que no hay un solo tipo de ciencias sociales en la teología de la liberación.
En cualquier caso, por propia opción, no hay teología sin ciencias sociales. Lo que la teología pueda juzgar, depende de lo que las ciencias sociales puedan ver. Esto es lo que justifica la perspectiva de mi discusión aquí. Desde que la teología latinoamericana diera su giro epistemológico, las ciencias sociales han cambiado. No sólo ha cambiado fuertemente la América Latina que ellas deben interpretar, sino que ha cambiado más fuertemente aún la manera en que ellas definen hoy lo real. Por su relación intrínseca con las ciencias sociales, estos cambios desafían a la teología. Quisiera simplemente proponer algunos temas para contribuir a la conversación.
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