Por Fernando Montes SJ, Rector Universidad Alberto Hurtado
Durante las últimas semanas los estudiantes de nuestro país han manifestado su descontento con el modelo de Educación Superior y han expresado la necesidad de reformas que nos permitan avanzar hacia un sistema de educación superior más inclusivo, equitativo y de calidad.
La Universidad Alberto Hurtado ha mirado con atención este proceso, y hemos visto con satisfacción que los estudiantes demandan muchos de los temas que pública y reiteradamente hemos presentado en materia de educación superior.
En particular hemos pedido un sistema más integrado, con regulaciones y órganos de razonable control, que dé un trato equitativo e igualitario a los estudiantes en materia de beneficios y créditos, que clarifique a fondo el problema del lucro, que no agobie a las familias de escasos recursos, etc. Creemos, además, indispensable progresar en la línea de mejorar la calidad educativa del sistema.
La Universidad Alberto Hurtado, a pesar de sus cortos años, se ha convertido para muchos en un referente en varios de estos temas y en materia de educación superior. Ella es considerada hoy con respeto por sus pares gracias a la seriedad de su proyecto, a su calidad académica, al orden institucional, a su vocación social y de servicio público. Tenemos, por ese motivo, que cuidar entre todos este proyecto universitario.
En los últimos días hemos apreciado el interés de nuestros estudiantes por los problemas señalados y creemos razonable y positivo que deseen dar a conocer sus inquietudes haciéndose partícipes de un movimiento que afecta en su raíz a la sociedad. Siendo coherentes con nuestra misión institucional, y respetuosos de las decisiones que nuestros estudiantes han tomado, hemos procurado no intervenir y otorgar facilidades para que desarrollen las reflexiones propias de este proceso de movilización. Es sin embargo nuestro deber y obligación velar por la marcha de la institución para que ella cumpla su fin de servicio público y de formación seria de sus estudiantes.
Hemos de procurar que toda esa legítima preocupación por asuntos nacionales no derive en una confrontación interna entre los miembros de nuestra comunidad. La dirección de la universidad no quisiera verse enfrentada con los estudiantes por temas que con diálogo podríamos encarar en conjunto con beneficio para todos.
Creemos que no siempre el paro y jamás la violencia son los métodos más eficaces para obtener los justos objetivos deseados. Se trata de medidas extremas que no deberían generalizarse para la buena marcha de los procesos educativos. Una movilización puede ser perfectamente compatible con la asistencia a clases y el cumplimiento de las obligaciones académicas.
Todos comprendemos que un paro excesivamente prolongado puede dañar la calidad académica, afectar a los estudiantes, sobre todo a aquellos que tienen más dificultades, y destruir la imagen de seriedad de la universidad. Creemos en el diálogo como elemento central de la vida universitaria, y lo hemos privilegiado incluso en los momentos de mayor dificultad. Gracias al diálogo permanente y fraterno hemos sido exitosos. Es necesario generar interlocutores válidos, legítimamente elegidos y representativos.
Aspiramos, en un espacio ausente de presiones y donde primen la lealtad institucional, la responsabilidad y la fraternidad, a debatir en torno a las preocupaciones de nuestros estudiantes y de esta manera avanzar hacia una mejor Universidad.
Además de los temas estrictamente educacionales se han añadido en estos días otras materias. En los mismos temas educativos no siempre se está pidiendo el bien general de todos los estudiantes del país pues se pretende mantener privilegios de algunos. Es necesario entre todos clarificar los objetivos de las demandas y buscar los medios más aptos según la naturaleza de lo que se pide. Para no perjudicar a los estudiantes y por bien de todos hacemos un llamado a finalizar el semestre con normalidad y, en paralelo, constituir un espacio oficial de conversación que a la brevedad logre dar respuesta a las inquietudes expresadas por nuestros estudiantes. Aspiramos a un diálogo responsable, en un contexto de tranquilidad y donde prime el interés general de nuestros estudiantes y de toda la comunidad universitaria.